Hay algo que tengo muy claro. Lo que crea muchos de mis mas agradables sueño, para mucha otra gente formaría sus peores pesadillas. O...¿quién amaría estar rodeado de asesinos en serie, presenciar como una jauría de zombies devora carne inocente y sentirse atrapado en una fantasía sin pies ni cabeza...ilusión pura?
Al menos nunca estuve solo. Nunca antes había encontrado a alguien con quien compartir todo ese arsenal de fantasías oscuras. Y algunas cuantas cosas más, de lo que la gente común llama 'vida real'. Es algo agradable, le da un sabor especial a las cosas. Más cuando, por más que estés rodeado de multitudes, no dejas de sentir una especie de soledad, que se va en esos instantes, esos momentos tan llenos de magia. Pero magia de verdad, del espiritu y de su fuerza.
Primero, asesinos seriales. Hombres, mujeres, seres humanos, que viven y mueren para saciar su sed de sangre. Sangre inocente, de sabor exquisito. vidas que se apagan, voces que se callan guardando, muchas veces por siempre, la verdad sobre sus verdugos. Aquellos seres, que han renunciado a su piedad humana, sólo para vengarse de lo que suele llamarse a sí misma 'sociedad' les ha hecho, humillándolos, apartándolos, rechazándolos, confinandolos a lamer esas profundas heridas en el espíritu, regodeandose en su cara de ese falso nombre de 'civilización'. Pero, en cualquier momento, esa rabia se desborda y no puede encontrar otro cauce que la masacre y el horror.
Albert Fish
Desde hace mucho que dejé de temerle a los zombies. Tal vez sea porque crecí viendo películas de horror, porque he jugado muchas veces Silent Hill, Clock Tower o las creaciones de Shinji Mikami, o sólo porque con los años,he aprendido a tolerar el horror. Ya no me asustan, ahora disfruto verlos devorar la carne humana, arrancando visceras a mordidas y escupiendo sangre fresca. También he aprendido a ver, sin alterarme demasiado, toda clase de masacres.
Aquí ya es un hecho que me he adaptado a la vida violenta. Algo muy necesario en la vida moderna, en la cual de la televisión se desprende un olor a pólvora, y en la prensa, la sangre fluye tanto como la tinta. Ves a un muerto viviente, con el rostro descarnado, hacer pedazos a una mujer que exhala con gritos de desesperación sus últimos suspiros. Sabes que es ficción, que son actores, que viven. Y por eso tu pulso se acelera, y lo disfrutas. Pero regresas a casa, enciendes en el televisor y ves imagenes de homicidios,niños mutilados en zonas en conflicto muy lejanas y periodistas decapitados por grupos de resistencia. Y sabes que no es ficción, que es real, pero es tan cotidiano que no te inmutas.
Y el sueño termina, en el atrio de una iglesia, con un grupo de gigantes, de un lugar muy lejano, tratando de montar un acto teatral ante un público que está acostumbrado a la cuadratura de la vida. Y los actores, junto con los espectadores, se pierden en un lugar donde no se distinguen la fantasía o la realida, ni la vida o la muerte. Es el lugar donde se generan ambos lados de la moneda. Un lugar al alcance de cualquier se humano. Más bien, no cualquiera. Sólo de aquellos con la cualidad de crear,de construir mundos mágicos dónde llevar a quienes desean escapar un momento de su falsa o insulsa realidad personal.
La verdadera pesadilla...empieza cuando despiertas...y sabes que tienes responsabilidades reales, problemas reales...que debes enfrentar en una soledad real.
A eso si llamo terror...
Gracias Giovanna, por acompañarme...fue lindo, y espero...más bien...se repetirá...
:)
Y,para terminar...¿no les caería bien una foto de La Dama del Silencio?...mejor conocida como 'La Mataviejitas'
Al menos nunca estuve solo. Nunca antes había encontrado a alguien con quien compartir todo ese arsenal de fantasías oscuras. Y algunas cuantas cosas más, de lo que la gente común llama 'vida real'. Es algo agradable, le da un sabor especial a las cosas. Más cuando, por más que estés rodeado de multitudes, no dejas de sentir una especie de soledad, que se va en esos instantes, esos momentos tan llenos de magia. Pero magia de verdad, del espiritu y de su fuerza.
Primero, asesinos seriales. Hombres, mujeres, seres humanos, que viven y mueren para saciar su sed de sangre. Sangre inocente, de sabor exquisito. vidas que se apagan, voces que se callan guardando, muchas veces por siempre, la verdad sobre sus verdugos. Aquellos seres, que han renunciado a su piedad humana, sólo para vengarse de lo que suele llamarse a sí misma 'sociedad' les ha hecho, humillándolos, apartándolos, rechazándolos, confinandolos a lamer esas profundas heridas en el espíritu, regodeandose en su cara de ese falso nombre de 'civilización'. Pero, en cualquier momento, esa rabia se desborda y no puede encontrar otro cauce que la masacre y el horror.
Ninguno de nosotros es santo. Todos somos demonios...
Albert Fish
Desde hace mucho que dejé de temerle a los zombies. Tal vez sea porque crecí viendo películas de horror, porque he jugado muchas veces Silent Hill, Clock Tower o las creaciones de Shinji Mikami, o sólo porque con los años,he aprendido a tolerar el horror. Ya no me asustan, ahora disfruto verlos devorar la carne humana, arrancando visceras a mordidas y escupiendo sangre fresca. También he aprendido a ver, sin alterarme demasiado, toda clase de masacres.
Aquí ya es un hecho que me he adaptado a la vida violenta. Algo muy necesario en la vida moderna, en la cual de la televisión se desprende un olor a pólvora, y en la prensa, la sangre fluye tanto como la tinta. Ves a un muerto viviente, con el rostro descarnado, hacer pedazos a una mujer que exhala con gritos de desesperación sus últimos suspiros. Sabes que es ficción, que son actores, que viven. Y por eso tu pulso se acelera, y lo disfrutas. Pero regresas a casa, enciendes en el televisor y ves imagenes de homicidios,niños mutilados en zonas en conflicto muy lejanas y periodistas decapitados por grupos de resistencia. Y sabes que no es ficción, que es real, pero es tan cotidiano que no te inmutas.
Y, es extraño que ahí visualizo parte de mi futuro...
Y el sueño termina, en el atrio de una iglesia, con un grupo de gigantes, de un lugar muy lejano, tratando de montar un acto teatral ante un público que está acostumbrado a la cuadratura de la vida. Y los actores, junto con los espectadores, se pierden en un lugar donde no se distinguen la fantasía o la realida, ni la vida o la muerte. Es el lugar donde se generan ambos lados de la moneda. Un lugar al alcance de cualquier se humano. Más bien, no cualquiera. Sólo de aquellos con la cualidad de crear,de construir mundos mágicos dónde llevar a quienes desean escapar un momento de su falsa o insulsa realidad personal.
Aquellos que pueden distinguir la melodía que existe en el sonido del agua que cae...
La verdadera pesadilla...empieza cuando despiertas...y sabes que tienes responsabilidades reales, problemas reales...que debes enfrentar en una soledad real.
A eso si llamo terror...
Gracias Giovanna, por acompañarme...fue lindo, y espero...más bien...se repetirá...
:)
Y,para terminar...¿no les caería bien una foto de La Dama del Silencio?...mejor conocida como 'La Mataviejitas'