Monday, July 23, 2012

Apuntes vagos sobre el heroísmo y la santidad súbitos

Este texto es una prueba para sacar una anotaciones que tengo en la cabeza sobre los sucesos del viernes pasado en Aurora, Colorado. Parte del mismo es resultado de 6 años de investigaciones sobre la masacre de la Preparatoria Columbine, en Littleton. Falta pensar más conexiones y repasar datos, pero, por ahora, les dejo este desahogo.
¿Por dónde empezar? Donde yo empecé hace tiempo. Hitmen for hire.


Un sueño, pensé, cuando justo antes de quedarme dormido me enteré en Twitter de que un hombre, disfrazado de Bane, había decidido entrar a media función de Batman y volar el lugar,
Tan sólo al despertar, el patrón común. Un hombre joven, estudiante, con alto coeficiente intelectual. Retraído, aislado. Caído en desgracia. La sociedad estaba en deuda con él y se hizo a un lado a toda costa. Después de la negación, viene la ira.
¿Qué otro lugar para cobrar venganza que el centro del mundo caído en tu ciudad, la función de cine que el poblado esperó por meses?
Las víctimas, como era de esperarse, igual de jóvenes que él, con futuros prometedores. Recién casados, graduados del ejército, talentos universitarios. Niños.
Le arrancas a la sociedad el futuro. Qué más castigo puede haber. Con ellos se van sus esperanzas.
Después, los vecinos, esa gente odiosa que sólo te mira cada día, que se pregunta en qué diablos estás pensando. Como si debiera importarles. Entonces, construyes una ratonera parra que, cuando tú caigas, ellos vuelen. Junto con la Policía. Desafiarás su inteligencia, esperando que el mínimo error lo paguen caro y, de nuevo, tu rías al último.
Por eso no terminaste contigo mismo como Reb y VoDKa. Para ellos el mero pánico era la culminación de su obra. Tú preferiste entregarte y esperar a que el juego terminara. Querías verlos hechos pedazos.No pudiste lograrlo, por eso te dolió tanto. Se notaba en tu mirada, mientras enfrentabas a la ley.

Sabes que aún puedes jugar con sus mentes. Pelearles con tu talento mental en su propio terreno de cortes y juzgados. Estás consciente de que quieren tu cabeza. Lucharás para salvarte, para humillarlos con una condena rebajada o, simplemente, una cadena perpetua. Deseas superar a otros que casi lo logran, como Ted Bundy. Hay tantos ejemplos en tu cabeza.
¿Qué música escuchabas, Jimbo? Para crucificar al trovador y culparlo de tus pecados. Es más, no necesita gustarte nadie, sólo dime un nombre. A ellos ni si quiera les gustaba Marylin Manson y mira, él cargo con la responsabilidad. Él y no Till Linderman, su verdadero héroe.

Culpemos una guitarra de plástico como con la que jugabas por horas a ser un héroe de la guitarra. Culpemos a las neurociencias. Culpemos a la universidad. Culpemos a las historietas. Culpemos a las películas.
Culpemos al sexo en línea de paga.
Uno como tú volverá a matar. No han aprendido la lección de Reb y VoDKa. Gente como tú les facilita el trabajo de matarse unos a otros, como tanto desean. La cultura urbana de su país, la cual concentra el poder en las armas. El heroísmo es una cuestión de fuerza, no de coraje. ¿Qué más demostración de fuerza que jugar a ser el ángel de la muerte y decidir la fatalidad?
Para gente como ustedes, ¿cuándo tendrán otra oportunidad de ser héroes?


Bonus track:


Thursday, July 12, 2012

Mis dos centavos sobre ACTA


No recuerdo en qué año fue, pero sí recuerdo cómo conocí ACTA: por accidente.
Eran, creo que inicios de 2009. Me habían pedido acudir al aeropuerto por una tarea de universidad: cubrir alguna nota de interés en el aeropuerto.
Resulta que en la aduana, agentes estaban revisando USB's, celulares, laptops y todo dispositivo informático, para constatar que no tuvieran "piratería".
Por supuesto, dicha revisión no tenía ningún sustento legal, violaba la privacidad y provocó la molestia de unos diez pasajeros. Uno de ellos mencionó que, probablemente, los agentes se habrían enterado de los planes para la integración de México al ACTA, plan que, en ese entonces, estaba por ser firmado por Brasil y media Europa.
Dudo, por cierto, que dicha revisión haya tenido que ver con el tratado, pero me hizo investigar, desde entonces, ACTA y sus consecuencias.
¿Qué me dijeron entonces, al presentar un trabajo al respecto? Que mi paranoia era tanta y que, además, un tratado así no podría ser firmado por México.
Hoy, a las 11 de la mañana en Tokio, el embajador de México en Japón firmó el tratado a nombre del país.
 La base legal de tratado, en español, está acá. O en este video. 

El texto a continuación hace referencia las cuestiones que a su servilleta le parecen más preocupantes pero, por supuesto, no son todas.
-Anulación de la cultura libre: Todo trabajo registrado con derechos de autor está protegido. Su descarga, por tanto, estará penada a rajatabla. Es justamente la primera línea de crítica que hay sobre el Anti Counterfeit Trade Agreement.
Olvídate de bajar canciones. Eso es lo de menos. En 2006, ayudé a instalar un ciber-centro comunitario en Valle de Guadalupe, Jalisco, un pueblo a dos horas de Guadalajara.
La biblioteca pública está desactualizada, y los estudiantes, sobre todo de preparatoria, deben conseguir libros. Libros de 200 pesos, a los cuales hay sumarles el costo de 100-150 pesos en el traslado a la capital del estado.
¿Deben los estudiantes de bajos recursos perder una oportunidad de superación por no poder pagar un libro? Para el ACTA y el pensamiento neoconservador detrás de ella, para el cual la educación y la cultura son bienes de consumo, por supuesto que sí. Y es ahí justo donde va a ocasionar mayores daños en los países donde se apruebe.
Entiendo que el autor y el distribuidor merecen ganar dinero por su obra. Pero una propuesta de precios justos y desarrollo de la innovación no va a llegar si se bloquean las propuestas libres con censura judicial. 
-Censura web: Se tiene que crear, por fuerza, un mecanismo de vigilancia para que ACTA pueda entrar en funcionamiento. De otro modo, serían inútiles sus clausulas con efecto en la web.
El temor a que por investigar delitos de propiedad intelectual, censuren a los disidentes políticos, no es nuevo. Tampoco. Rusia pasó hace unas horas una ley mediante la cual se pueden retirar contenidos en la web si se considera que estos pueden atentar contra el desarrollo de los menores.
Vacíos legales. Bajo las argucias legales correctas, un panfleto anti sistema, como éste, puede ser considerado ilegal. ACTA carece de instrumentos para determinar qué viola la propiedad intelectual y cede el criterio a los estados signatarios.
Y entonces recordamos que, en un país como el nuestro, un policía encontró tirada una credencial de elector y relacionó a su propietaria con un caso de homicidio. Las autoridades compraron a los asesinos para vender testimonios. Todo sin castigo por, ejem, vacíos legales. Por eso tememos censura, porque conocemos las capacidades del Sistema Penal Mexicano de crear culpables.
-Violación de la presunción de inocencia: Toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Lamento no dominar los términos del derecho penal en concreto. Pero, hasta donde sé, es una máxima indiscutible y universal.
Aquí, sin embargo, ocurren dos cosas. Primero, el descargar/almacenar material con derechos de autor te hace culpable sin una averiguación previa, a menos, claro, que el estado signatario decida instruir un juicio. El cual puede ocasionar, incluso ganando, un daño considerable a la economía y buen nombre de un acusado.
En segunda, tenemos una paradoja que afecta a todas las leyes de propiedad intelectual en el mundo: UN IP NO REPRESENTA A UN CIUDADANO.
A menos que se implementen operativos multitudinarios para detectar la identidad de un internauta, como los que se ocupan para identificar a los miembros de Anonymous, el propietario de la IP (normalmente quien firmó el contrato del servicio de internet) es el responsable de las violaciones al derecho de autor y contra quien van dirigidas las demandas.
Todos sabemos, sin embargo, que muchas veces quien paga las cuentas no es quien baja la música, o rompe la ley. Puede ser su hijo de 10 años o, incluso peor, el vecino que se roba el Wi-Fi. No está estipulado en mingún marco legal que, por poner los recursos, una persona pueda ser acusada de un delito que no realizó y del cual, además, no tenía conocimiento. Gracias a esto, señoras de 80 años deben enfrentar cargos por varios milloens de dólares por daños a las disqueras porque sus nietos, en su casa, estaban bajando música. Así de ridículo.
Este es uno de los otros problemas a los cuales nos enfrentaremos si se aprueba ACTA, a menos de que nuestros legisladores, raudos y ocupados de sus deberes, propongan un marco legal que lo evite.
Esto es a lo que nos enfrentamos con ACTA. No es el fin del mundo, pero sí una dada en la madre fortísima a más de un garantía individual constitucional.
¿Qué hacer? Lo de siempre, pero que nunca, nunca, se suele hacer cuando una autoridad nos toma el pelo.
Informarse.
Organizarse.
Debatir.
Cuestionar.
Confrontar.
Todo en las instancias marcadas por la ley: Audiencias, tribunales, la Suprema Corte, organismos internacionales.
Ya, una vez, el Senado acusó al tratado de inconstitucional. La Unión Europea lo rechazó bajo el argumento de que viola derechos humanos. Ambos hechos son enormes precedentes para defendernos. Sin embargo, es momento de participar todos. De otra manera, sin respaldo popular, la defensa de ACTA no parecerá un asunto de interés público para los encargados de decidir.
Recordemos que las redes sociales, aunque parecen un mundo, sus usuarios son un pequeño porcentaje de la población.
Si esto no sale a la calle, si esto no va a la gente, nos la volverán a ganar.


Thursday, July 5, 2012

Paraísos

Voy a contarles una historia de Lisboa. Pero, como no soy o senhor Frederico Monroe, Lisboa no está en el relato. Por el contrario, me he vuelto tan loco como Philip Monroe, aquel director que se embriagó en la pureza de la imagen y se olvidó por completo de sí mismo, por lo que les voy a narrar sobre Lisboa como la relatan sus manuales para turistas, escritos por ayudantes de tenedores de libros, quienes a la mitad de un vino de cereza se ponen a explicar el porqué este pueblo está sumergido en la melancolía.
No me hago responsable, entonces, de lo que aparece a continuación... culpen al Aínda.
Tuve un sueño. Un sueño que había tenido en el pasado, que se había vuelto recurrente, pero que se volvió incendiario.
Era de nuevo ella. Era la misma niña que había visto en el pasado. Los mismo cabellos castaños, la misma piel blanca. Petiza, tierna, dulce. El mismo brillo en la mirada que... un momento. Su mirada ha cambiado. Es más brillante que en el pasado. A diferencia de su última visita, sus ojos ahora sí destilaban esperanza.
Cabe aclarar algo: su nombre es Cristina. Lo eligió su madre, antes de que yo la matara, un día que soñamos con ella precisamente. A ambas las enterré en mis recuerdos. Ahora, al parecer, ha venido a tomar su venganza.
Cabe aclarar que cristina, al parecer, no existe. O no debería existir. La desterré al abstracto hace tanto tiempo. ¿Por qué hoy, por qué así?
Se acercó a mi rostro. Lo acarició. Me dio un beso en la frente. No debería parecerme raro.
Al fin y al cabo, se supone, es mi hija.
Pero me estremecí, bastante. En todo caso, ella no existe. No debe existir. No debe estar aquí.
Pero su mirada es diferente.
Nos miramos fijamente durante un largo rato.
Han cambiado tantas cosas en su rostro. Pero su mirada es más penetrante que en el pasado. Uno no puede escapar de esa luz que irradia. Es imposible. Un caso perdido.
"Vine, precisamente, por estos ojos. Vine a pedírtelos".
¿Lo ojos de quién?
De ella.
¿Para qué los quieres?
Para existir.
La posición en la que me encuentro no es favorable para ella. Había renunciado incluso a la idea de procrear, pero... ¡carajo! de dónde ha salido  todo esto.
Ella ni siquiera se molesta en mirar mi desesperación. Aunque he de aceptar algo: esto es un sueño y terminará pronto.

"No te dejaré escapar de aquí hasta que hayas traído esos ojos ante mi presencia y pueda largarme de este infierno al que me condenaste".
Ella sabe que es imposible. Ella sabe que tan sólo intentar dar un paso para lograrlo sería hacer estallar una bomba.
Está completamente consciente, al punto de que sabe que el hecho de pensarlo es una tortura.
Perdimos la partida antes de colocar las fichas. Un último enroque es un suicidio.
¿Vas a jugar ese movimiento final como apertura cuando, además, ni siquiera te lo permiten las reglas del juego?
"Tú me condenaste a esto. Es mi última salida. Nuestra última salida. A mi muerte eterna y a tu cobardía disfrazada de prudencia. Si ambos salimos y lo intentamos, podremos morir. Si te quedas inmóvil, el ansia te matará y yo no habré existido nunca".
Una frase así, con una mirada mediterránea, en el cuerpo de una niña pequeña.
Una agonía particular. Compartida.
El silencio se hizo de un caudal entre nosotros.
 ¿Por qué esa mirada y no la de alguien más?
"No lo sé".
¡Cómo diablos no lo sabes! ¿No te das cuenta que tan sólo acercarnos nos puede despedazar? ¿No te das cuenta todo lo que debemos dejar atrás para intentarlo? ¿Acaso vale tanto para tí?
Esto no es un ajedrez. Esto es ya una ruleta rusa.
"Quizá porque sus ojos son los mismos que los que tú tenías antes de que la realidad te devorara despacio".
¿Qué diablos estás diciendo? A mí jamás...
No me quedó más remedio que arrodillarme ante ella. No pude contener las lágrimas. Me despedacé despacio y terminé con el rostro mirando al piso. No pude más.
¿Qué es lo que quieres que yo haga?
"Quiero que vayas y luches contra ti mismo. Nadie mejor que tú sabe como derrotarte".
¿Y si sólo estoy proyectando lo que yo soy y no somos lo mismo?
"Será tu tarea descubrir qué los hace diferentes y reconocer el terreno".
Una vez más, ¿por qué lo haces?
"Para que yo pueda existir y te deshagas de esa cobardía disfrazada de prudencia".

Al día siguiente perdimos todos en la ruleta. El sueño nunca pudo terminar.

Wednesday, July 4, 2012

Arden los campos (banda sonora por Mikel Laboa)

"Haika mutil, jeiki hadi
surik baden mira hadi.
- Bai, nausia, sua bada,
gur gatoa beroa da".
Mikel Laboa
Encendí una llama para cimentar mi esperanza, y la llama consumió los campos.
Ardió todo, lo miré y no me moví ni un ápice. Disfruté mirar el caos. Me limité a contemplar el precio de mi exaltación.
En el fondo yo quería que todo ardiera.
¿Para qué conservar sólo un haz de esperanza? ¿Para qué mantener el control?
He perdido el control de mis esperanzas y eleve a lo más alto mis sueños. Convertí mis fantasías en humo.
En el fondo eso me hace sentir feliz, el polvo de  un futuro que no debería existir. Nadie quiere en una jaula a un pájaro muerto.
Pero entonces, mientras agonizaba le atrapé.
"Bainan, honela
ez zen gehiago txoria izango
eta nik...
txoria nuen maite".
Mike Laboa
 ¿Por qué habría yo de dejarle las alas a quien desea escapar?
Lo que yo amo no es su ser, sino su presencia. Amo el control, la postración, el sometimiento ante mi persona.
Quiero dominar sus actos, conservar para mí su lealtad. Asesinar toda esperanza de concebir un mundo sin mi yugo.
Lo que yo deseo es una sensual suerte de imperio sobre sus sentidos.
Que sea mi esencia lo primero que rocen sus labios.
Que su mirada se embelese en mis ojos al despertar.
Conquistar cada centímetro de su piel y no ceder jamás a liberarla.
 Pero, tal vez, resulte en que la convertiré en una creación a mi imagen y semejanza.
Y yo nunca me he enamorado de mi reflejo.
Mucho menos de alguien que no es libre. La opresión me provoca náusea.
Sin embargo, el futuro no nos pertenece.
"Eman zaidazu bihotz
 eta ken berriz nahigabeak.
Esan noiz garen izanen gure
etorkizunen jabeak".
Mikel Laboa
 ¿Puedes verme?
No peudo huir, Todo cuanto soy lo he dejado en tus manos. Y, sin embargo, has preferido romperlo.
¿Cuándo fue la última vez que me miraste con dulzura? Jmás lo has hecho.
Aún así, mi esencia te sigue reclamando.
Me has vuelto parte de un todo que rechaza ser libre. Me has convertido en una sombra de tu voluntad.
¿A quién pertence esa voluntad?
A un ente puro. Cuya pureza me atrapa y me obliga a arrebatarla.

"Eta harek zu ere
erantzi,
eta hostoz hosto
hartu
lili bat".
Mikel Laboa
Los campos están llenos de flores. Son una puerta a la libertad.
Se han fugado todos los miedos que contenían tus ojos.
He terminado con el yugo que tu dulzura mantenía sobre mi cuello.
Sin embargo, todo está oscuro. No puedo mirar más allá de mi ceguera.
 Enciendo una luz.
He perdido el control.


Monday, July 2, 2012

Cuentos (rápidos) de la libertad de Dios

Pareciese que los tribunales del Santo Oficio permanecen vigentes en nuestros días. Por fortuna, no es así, pero para el Padre Damián asi pareciese.
El sacerdote, cura de Ocosingo, fue citado por el nuevo obispo de la región. Sentado, solo, en medio de la oscuridad de la sacristía, es interrogado por la autoridad de la iglesia.
¿Algo de lo cual temer? No lo sabe. Pecados no ha cometido, porque no ha violado la ley de Dios. Ha roto las leyes no escritas de los hombres, sin embargo. ¿Qué hace un representante de Cristo defendiendo el derecho terrenal?
-Padre Damían- cuestionó el obispo, meditabundo- ¿Qué le han dado esos indios para que usted, olvidando su papel de pastor, olvide sus deberes de la iglesia y se dedique a corromperse con sus subnormales costumbres?
-No me he desviado de la misión de la iglesia, señor obispo. El apoyar y defender a estos hijos de Dios es arte de las tareas que el Señor nos ha encomendado. Y no son costumbres anormales.
-¡Es escoria pagana, entonces!
-Para nada, señor obispo. Cuando llegó la cruz, ellos conocían a Dios, bajo otro nombre. Cuando les revelamos la identidad de nuestro salvador Jesucrsto, adoraron al Hijo del Hombre bajo los mismos ritos del pasado. Siempre fueron cristianos, a su modo.
-Pero usted les enseña a exigir, a reclamar, a pedir que los traten como a la gente de bien, en vez de enseñarles los dones de la caridad, la sumisión, y el dar la otra mejilla, como dice la sagrada escritura.
-Son gente de bien, señor obispo, porque trabajan duro para ganar el poco pan. Y practican los dondes del espíritu santo, sólo que la sumisión es ante el Salvador, no ante otro hombre. La caridad es entre ellos, al mirarse los unos a los otros desvalidos. Y ellos han dado las mejillas tantas veces, que no hacen si no esperar a que el hombre de la ciudad también la dé.
Sobre una pequeña mesa, el obispo dio un golpe cuyo eco pareció resplandecer eternamente.Ambos permanecieron inmóviles, imaginando su siguiente jugada.
-Es usted un rebelde, Padre Damián. Usted predica versiones torcidas de la palabra. Defendiendo a quienes sólo con el hierro se convencieron de creer. Alentando sus desviaciones en vez de corregirlo. Y, además, en lugar de guiarlos, les miente. Les ha hecho creer que su pobreza se irá luchando. Que pueden pelear contra su destino. Pero Dios los ha querido humildes. Deben saber que su condición es mandato divino.
El Padre Damián clavó su mirada en en el suelo. Allí se quedó el resto de la noche. No quería mirar al cielo. Temía, en el fondo, que las palabras del obispo fueran verdad.
-Si fuera eso cierto, señor. Si ser pobre fuera un castigo, señor, y no una invitación a luchar, Jesús habría nacido en la cuna de Herodes y no en el pesebre. Hubiera invitado a los fariseos a seguirlo, no a los enviados de pedro. Y, sobre todo, no hubiera mandado a sus discípulos a pelear y morir a manos de los romanos para difundir su palabra. El Señor nos ha enseñado a pelear. Nos ha enseñado lo que es justo. Y nos invita a defenderlo.
-¡Y lo que defiende usted son herejías! Porque el Señor es quien corona a los poderosos. Quien unge a los sabios. En nombre de quien se domina a los no creyentes. Dios bendice al hombre, no a los gusanos.
Con una mano, el obispo exigió al sacerdote que se deshiciera de la sotana y la depositara en sus manos. Al hacerlo, el mando litúrgico encajó la mirada en los ojos del Padre Damián.
-La iglesia no me confiere estos pdoeres, pero los tomaré porque no me queda alternativa. Los degrado como sacerdote. Usted no puede vestir los colores de la iglesia nunca más.
El Padre Damián no hizo más que reírse.
-Quíteme mis poderes. Traiga a un nuevo sacedote, si gusta. Pero, cuando el Señor nos llame a su presencia, él sabrá quien de nosotros tenía la razón.  Pero, por el momento, usted se ha burlado de mi comunidad. Y, bajo las leyes de la misma, usted queda arrestado por violar la paz de este pueblo, perdido de ante los hombres de Dios pero no ante su mirada.
El obispo, del impacto, se desplomó. Dios apagó su corazón y lo llamó a rendir cuentas por sus falsas palabras.


Los (rápidos) cuentos de la digna rabia

Don Antonio, a sus 82 años, miraba el piso de adobe en su hogar en la sierra. El mismo techo que hace 82 años lo vio nacer. La misma tierra roja. El mismo cielo personal. Tal cual ahora como entonces.
El hogar palpita silencio. ¿Qué más se puede decir? Don Antonio no tiene hijos. Su esposa, Doña Cecilia, falleció hace 12 años. Nunca despertó de aquel sueño por ver un nuevo cielo. De construir un nuevo hogar.
Cuando se casaron, en 1968, Don Antonio le prometió a su mujer que, con las nuevas reces que habría comprado, alcanzaría el negocio para comprar una casita en la ciudad. Que vivirían como los citadinos: de pantalón largo, con vestidos finos, zapatos de piel. Un auto para pasear y una troquita para llevar el producto.
Sin embargo, tan sólo de recibir al ganado, Don Antonio pensó que estaba muy enfermo. "Están las reces muy gordas", dijo. Que darían puro cebo y nada de carne. La leche amarga. Decidió sacrificarlas a todas cuando, en realidad, sólo estaban mejor alimentadas que las tantas vacas flacas que había visto durante años. Al final, las promesas de una vida mejor se hicieron humo frente a sus ojos.
Veinte años después, un hombre de la ciudad le propuso comprarle el terreno. A buen precio, pudiendo conservar su casa, ampliarla, darle una nueva fachada. Le ofreció, incluso, una sociedad en un nuevo negocio donde a los campesinos se les repartiría la tierra. En conjunto, todos cooperarían entre todos y se dividirían las ganancias. La mayor parte, por supuesto, sería para Don Antonio.
Pero, para Don Antonio, el tener tierras amplias para el solo era un símbolo de estatus. Y decidió vender el terreno, amplio, completo, a un hombre que vino de afuera. Un negociante que arrasó con los campos, tiró los corrales y construyó una fábrica. A Don Antonio sólo le dejaron su vieja casita de adobe.
Años después, su esposa enfermó de fiebre. El dolor era demasiado. No podía caminar. Sin dinero, sin nada con que acudir a un hospital, regaló al doctor del pueblo la mitad del terreno donde ambos habían construido su pequeño hogar, a cambio de que la curara.
Tan sólo cayeron los muros y el doctor vendió el terreno que le había regalado Don Antonio a maleantes venidos de fuera, el médico dejó morir sola a Doña Cecilia.
Antes de que la enfermedad le arrebatara el alma Doña cecilia alcanzó a suplicar al viejo campesino un último favor, en nombre de tantos años juntos.
"Esto es lo que queda de nosotros. Por favor, protégelo con tu vida. La vida que nos queda a ambos es esto. Este es nuestro pasado juntos. Este es nuestro presente juntos. No lo dejes ir".
Don Antonio contempló el techo de adobe, rememorando esa promesa, cuando ladrones entraron por la puerta. Sin moverse, el viejo sólo miró cómo los malhechores buscaban algo de valor para robar. Pero ya no quedaba nada, sólo la casa. El último refugio del campesino y su mujer.
"¡Vete y no vuelvas, vejete asqueroso! Lárgate ya y no te haremos daño".
El hombre de campo, con lentitud, se levantó del sillón. Se dió la vuelta despacio, intentado retirarse. Pero, por la espalda, uno de los maleantes lo apuñaló.
Don Antonio no tuvo tiempo, siquiera, para recordar que nunca pudo cumplir sus promesas.



Thursday, June 28, 2012

Juegos de guerra

Entonces, ante lo convenido, se encontraban frente a frente. Tan sólo unos centíemetros y dos tazas de café habanero separaban la mirada irascible de ambos. Miradas que, ante la duda de las palabras, se convertían en el último refugio de una expresión dolorosa.
Él, con un falso gesto apacible, esperará hasta mover las piezas negras en un tablero de ajedrez verbal. La primera puñalada debe darla ella, de eso está completamente seguro. Sin embargo, no sabe que ha dado el primer paso, eligiendo el silencio como movimiento de apertura.
-Entonces, ¿existes?- preguntó con una voz delicada la amante que el ajedrecista tenía ante sus ojos.
-¿No ves como estoy aquí, sentado, frente a tí?
-¡Quién dibalos te dijo que la presencia corporal es sinónimo de existencia!
Cínico, el jugador se desarmó en carcajadas. ¿A dónde va todo esto? Como si sirviera de algo jugar al filósofo ahora, cuando todo está por terminar. Como si esperara ganar algo poniendo mi intelecto contra las cuerdas.
-Bueno, no existo pues. Nada existe. ¡Tú no existes!
-Deja de torcer tus ideas a conveniencia. Tú sabes que existes. Me lo has dicho hace un momento. Entonces, demuéstramelo.
-Con todo lo que has pasado tus manos por mi cuerpo, debería quedarte claro que soy real.
-Puedes ser real, sí. Pero no por ser real existes. La realidad es una invención humana. La suerte y Dios son reales para muchos, y son la misma cosa para varios más. La mentira es real cuando uno no la desenreda. Por tanto, no puedes decirme que existes ólo porque eres real.
El esbozo de una sonriza pálida, incrédula, burlona se dibujó en su rostro. La risa ya no era una respuesta para todo esto.
-Entonces, si te digo que te amo, ¿será real?
-Fue real mucho tiempo, hasta que la verdad me golpeó con frialdad en la cara.
-¿La verdad existe, entonces?
-La verdad es sólo una certeza, pero una certeza personal. La verdad es ese trozo de realidad que se muestra ante nuestros ojos, pero, muchas veces, lo verdadero no existe. Como el amor, como la vida.
-Ja, la vida no existe. ¿Qué existe entonces?
-La muerte.
El caballero palideció todavía más al escuchar tan macabra confesión.
-Cuando uno se muere deja de existir, hermosa.
-Más bien, es la puerta hacia la verdad de toda nuestra existencia. Sólo quien cruza el umbral sabrá si ha existido al dejar de hacerlo, o si en realidad no lo ha hecho nunca. Por eso tenemos tanto miedo a la muerte, porque nadie quiere enfrentarse con la decepción de un falso ser.
-Pero no queda nada de nosotros. No se puede existir con la muerte.
-Quizá no existas, pero serás verdadero para quienes compartimos la realidad contigo. Serás real para todos nosotros, aunque eso no verifique que hasyas existido. Sin embargo, estarás presente.
-No puedo estar presente cuando ya me han sepultado, cremado o desparecido mi cadáver.
-La presencia es una sensación, una emoción. Nada está presente sin que el cerebro lo registre, y el cerebro sólo registra sensaciones, las cuales pueden ser engañadas con facilidad. Cuando se ha amado a alguien, es difícil dejar que las emociones lo liberen después de que ha muerto. Por eso, puede sentirse que le acompaña a uno en todo sitio. Es decir, está presente.
Él lanzó una furtiva mirada a esos profundos ojos turquesa, burlándose para sus adentros de semejante sin sentido. Ante tamaño disparate, y luego de que el café se enfriara, no desperdició el chance para una estocada final.
-Entonces, corazón, ¿me estás diciendo que, si me muero, podré estar presente, ser real, ser verdad y, además, existir?
-Así es.
-Ay, corazón, creo que no puedo soportar más tus estupideces. Todo mundo sabe que la gente que vive existe, y quien no lo hace, no existe. Deja de jugar al maestro sabio, hermosa, que no te queda. Y te doy un último regalo: eres libre para pensar en sandeces todo lo que quieras.
Ella bajó la mirada. Las piezas de turquesa en su rostro se clavaron el piso de mármol del lugar. Apenas podía decir palabra entre sollozos.
-Yo también.. te tengo un obsequio. También eres libre. Bienvenido a la existencia. Bienvenido a la verdad.
Un tiro de revólver se incrustó con violencia en la frente de su amante, quien no podría creer que, en esta realidad, ella estuviera dándole muerte.
La sangre regó el suelo, mientras ella se arrodilló para contemplar el cuerpo mientras el mundo la observaba.
La muerte, sí, es lo único que existe.

Sunday, June 17, 2012

Imaginación desocupada

Una acción.
Una voz.
Un fin
Un sueño.
Un muro roto.
Una voz inaudible,
Un surco en la tierra que se mueve más allá de donde nadie puede mirar los rayos del sol.
Un rayo de sol que no alumbra los rastros de sangre en la arena, arrebatado sin piedad a la virtud.
Un cielo denso, irrespirable. Una esfera donde la victoria no puede navegar.
¿Dónde están los ángeles? Se le escucha a una anciana entre sollozos responder que están en el norte, alejados de nuestra humanidad.
¿Dónde está la humanidad? En el dolor del pecado, confiesa.
Las sobras asequibles de la agonía en medio de la inmundicia. Se ha quebrado el laúd y ha caminado entre las zarzas con los zapatos rotos.
Calla el sueño su asfixia recurrente, y ahoga las fuentes de luz en medio de la arena.
¿A dónde ha ido? Más lejos. ¿A dónde ha llegado? Al mar.
Sin más descanso que una voz sin acento ni rima.
Entre la mirada de sutil desprecio de una doncella alzada, sin ningún valor fuera de su alcoba.
Las llamas consumen despacio a quienes no han podido alzar el vuelo.
Los devora la tierra impidiéndoles soñar.
¿Quién eres tú para dejar de ser sólo un hombre y convertirte en historia?
Ssoy sólo un hombre y renuncio a mi humanidad, sin más valor que un cristal roto. Renuncio a mi humanidad porque me pesa.
Me pesa y me impide elevarme, su alteza.
Rompe el hábito y ata tus esperanzas al mástil.
Que no escuchen las almas que navegas. Enmudece las olas y haz callar al mundo.
Líberate.
Destruye al hombre a tu imagen y semejanza.
Deshaz la luz.
Rompe el espejo.
Refléjate en él.

Wednesday, May 9, 2012

Cuando el Bambino se mudó a Anfield (oda gloriosa a un equipo perdedor)

29 de abril de 2010. Diego Forlán, del Atlético de Madrid, firmaba el acta de defunción de la era más mágica que he vivido con equipo deportivo alguno. Un etapa que me hizo muy feliz, que me hizo soñar con ver algún día a esos hombres desde el Spion Kop, en Anfield Road. Era un triunfo, sí, pero el gol de visitante del Aleti rompía las ilusiones de jugar la final de la Europa Legue en Hamburgo, tierra pirata. Una semifinal de dos equipos grandes en medio de una maldición. El último partido de los reds de Rafa Rafael, Rafa, Rafael, Rafa, Rafael, Rafael Benítez, del Best Midfield in the World (Xabi Alonso, Momo Sissoko, Gerrard and Mascherano) y de la gloria en el Imperio Otomano (la remontada histórica de Estambul y el drama en los últimos minutos de Atenas, una victoria y una derrota en finales de Champions contra el Milan).
¿Diablos Rojos? ¿Gabriel Forlán? Andáte a expropiar el seso, pelotudo...
Unos meses después, con el equipo sumido en un lío financiero, el Fenway Sports Group, grupo propietario de los Boston Red Sox (si es que el nombre Fenway no les quitaba la duda) se hizo con el control del equipo. Aún así, el equipo sigue hundido en una fea racha perdedora, con ya tres años fuera de Champiosn League, eliminaciones rápidas o ausencias de la Europa League y, sobre todo, una extensión a 22 años en la sequía de la Premier League.
Todo esto nos ha dejado, a mí y a otros reds, con el deseo ferviente de que el próximo año sea nuestro año, un año próximo que no llega desde 1989. ¿La espera por el next year? Me suena conocida, aunque no familiar, por fortuna.
No me voy a poner a lloriquear que estuve en la fila de espera de Nueva Inglaterra por una título de Serie Mundial durante 86 años, cuando sólo tengo 23. No había nacido, por ejemplo, cuando se perdió la Serie del 86 por un error de Bill Buckner, a quien la bola le pasó entre las piernas contra los Mets. Yo sólo esperé 1 año para ver campeón a los Medias Rojas. Sin embargo, no desconozco la historia que hay detrás de la franela. El peso de una historia llena, claro, de drama.
Me sé de memoria la historia de la maldición del Bambino, el gran e inigualable Babe Ruth. Sé que lo vendieron para hacer una obra de teatro. Que la obra no funcionó. Que, mientras tanto, construyó un imperio en Nueva York. Que levantó con sus manos el hogar de los Yankees. Y, sobre todo, que del otro lado se han hecho de 27 anillos de campeonato, mientras acá pasaron 8 décadas y media para ganar uno.
Esto era Massachusetts, pero podría ser Merseyside
¿Por qué digo en el título que el espíritu de Babe Ruth vive ahora a la orilla del Mersey? Porque, luego de ver que el mundo se nos ha cerrado en las últimas campañas, empiezo a pensar que no hay otra explicación: estamos jodidamente malditos, scousers.
Las dos temporadas pasadas, estuvimos buena parte de la temporada luchando por volver a la Champions League, invictos en casa...pero esos triunfos en Anfield comenzaron a volverse empates, y nos fuimos lejos de puestos europeos. No puedo olvidar el 2008, cuando goleamos al United en Manchester y, aún así, nos ganaron la liga. Además, esta temporada estuvimos incluso peleando el cuarto lugar sin problemas. ¿Qué paso? Que se nos olvidó anotar. 
El partido contra el West Bromwich Albion no lo olvidaré jamás. JAMÁS. Treinta o más tiros al palo, para perder 1-0 con la única que tuvieron ellos. Partido tras partido sin encontrar el arco o, como insisto que ocurrió en la final de la FA Cup contra el Chelsea, con un gol fantasma mal anulado, porque Petr Cech la sacó de ADENTRO.

En fin. Esta escalofriante situación me ha hecho pensar que, en efecto, una maldición pesa sobre la camiseta red. Pero, ¿quien querría maldecirnos? ¿El United? ¿El Everton? No lo creo así. En caso de, realmente, existir una maldición, sus responsables llevan ocultándose de la justicia desde hace 23 años.
En pocas palabras, el Liverpool no será campeón de la premier hasta que no se haga justicia a los 96 de Hillsborough.
Outside the Hillsborough flame/ I saw a young boy mourning/ Why were so many taken on that day?/But their memories still live on/One day justice will be done/There'll be glory round the Fields of Anfield Road 
Para explicar este punto a profundidad, permítanme detallar los episodios más trágicos en la historia del Liverpool Football Club: Heysel y Hillsborough.
Heysel es el nombre del estadio en Bélgica donde el cuadro scouser disputó la Copa de Europa contra la Juventus de Turin en 1985. En aquella época, el hooliganismo era una plaga que azotaba Inglaterra, crecida entre un nacionalismo intolerante alimentado por el caos neoliberal de Margaret Thatcher, cuyas medidas para achicar el Estado provocaron una subida brutal del desempleo. La expresión de todo ello era llevada con violencia a las canchas, como bien narra Bill Buford en Among the Thugs, quizá mi libro favorito EVER.
¿Y los italianos? Los ultras de Turín también tenían lo suyo, pues los grupos de tifosi también eran un campo de entrenamiento para grupos neofascistas. Como muestra, llevaron símbolos del Fascio de Combatimento a Heysel.
El estadio, demasiado pequeño y viejo para albergar una final, sólo vio que los ingleses tiraran una reja que separaba las gradas, en una avalancha de violencia que dejó 39 muertos, 34 de ellos italianos.Fueron horas vergonzozas para todo aquel que se haga llamar Kopite y aficionado al fútbol.
Cuatro años después, el 15 de abril de 1989, el estadio Hillsborough en Sheffield (aún en uso) albergó la seminfinal de la FA Cup entre el Liverpool y el Nottingham Forest (sí, hay un equipo que se llama así, incluso tiene 2 Champions en sus vitrinas).
El estadio, construido a principios del siglo XX, estaba demasiado deteriorado para poder contener a una hinchada enardecida. Mucho menos en inglaterra, donde a los aficionados sin dinero se les encerraba de pie en corrales apretujados, donde apenas podían ver un carajo.
¿Violencia? Sí, pero de la autoridad. La sección de pie reservada al Liverpool presentó un sobrecupo. La gente estaba asfixiandose. Pideron a los guardias abrir las puertas. No ocurrió nada. Entonces, por pura sobrevivencia, tiraron la reja que separaba la tribuna del campo. Además de los que murieron por sofocación, la avalancha humana aplastó a varios más. Unos 24 mil liverpudianos habían salido ese día para ver un partido de futbol. "96 never returned". A 23 años de distancia, ningún responsable ha sido castigado.
 Partiendo de la premisa de que estamos ante una maldición deportiva, ¿cómo se rompe un conjuro así? Nadie lo sabe. Sin embargo, ocurre. Preguntemos a los propios Red Sox, que en 2004 por fin pudieron ganar una serie mundial. Mientras otros equipos sumidos en la magia, como los Cubs de Chicago, han llevado cientos de cabras al estadio para contrarrestar la amenaza de un hombre molesto porque SU cabra fue expulsada de las gradas, aún no se sabe como quebramos esa condena que parecía eterna. Algunos dicen que un niño, golpeado por una pelota y que quedó chimuelo, fue el sacrificio para exorcizar a Ruth. Al fin y al cabo ambos vivían en la misma granja.
Otra teoría es que los Medias Rojas debían demostrar si realmente querían romper la maldición forzados a la pero situación posible ante sus máximos rivales, los Yankees, en el imperio que Babe levantó. Es decir, serie por el campeonato de la Americana, 3 juegos a cero, en una remontada de 4 juegos seguidos que nadie, nunca, había logrado. Pero lo hicieron, para alcanzar la Serie Mundial y coronarse.
No pude evitarlo, es Der Untergang. Amo el meme de Der Untergang. Si quieren info sobre la remontada, vean acá.


El asunto es que el Liverpool está condenado, por esas dos tragedias, a no ganar nada hasta que se intenten resolver sus conflictos históricos. La prueba es que eso ya ha sucedido, en cierta medida.
Después de Heysel, los clubes europeos fueron sancionados con 5 años sin participar en campeonatos internacionales. El Liverpool, además, fue suspendido un año extra. Pasaron dos décadas para que los reds volvieran a fases decisivas en la Champions League, luego de ganar la Copa UEFA de 2001.
Era abril de 2005. Cuartos de Final de la Champions. Veinte años después, era hora de pedir perdón por los errores del pasado y seguir adelante.
Posteriormente, y para finalizar el exorcismo contra sus demonios, los reds tuvieron también que sortear una deseventaja de 3-0 en la final...pero esa historia me la reservaré para otro post que tengo planeado.

En tanto, la maldición del Liverpool pudo verse inmediatamente después de los suceso en Hillsborough. El equipo rojo iba a la cabeza de la Primera División inglesa. Le seguía el Arsenal, que encesitaba recortar 6 puntos y, además, superar una diferencia de goles. Los scousers cayeron ante el Chelsea, para después hallarse de frente al destino. Jugaban en Anfield, contra los Gunners, quienes buscaban ganar el título en una cancha donde no ganaban desde hace una década.
Después de 90 minutos, el Arsenal se llevaba el campeonato, en un momento que Nick Hornby bautizaría en Fever Pitch (libro que sería adaptado al cine para honrar, cosas de la vida, a los Red Sox) como "The Greatest Ever". M ientras tanto, para Merseyside, esto era una advertencia: sin justicia no hay gloria.
Al año siguiente, en efecto, el Liverpool podría coronarse. Pero ya no más. En 1991, el caso para deslindar responsabilidades fue cerrado por las autoridades locales, acusando muerte accidental. Quien haya sido responsable de la muerte de tanta gente, si no ha muerto, está libre. Mientras disfrute esa libertad,la maldición está ahí como como recordatorio, uno humilde pero visible, de que hay miseria y dolor sin castigo. Hasta que eso no sea resuelto, quizá anfield no lleve el trofeo de la Premier League a sus vitrinas.
Los resultados están ahí: 22 años lejos, lejos del campeonato. Sólo un par de segundos lugares. Finales perdidas o ganadas al filo de la navaja. Años y años de drama. Dos ventas, problemas financieros, complicaciones deportivas. Tener al futuro de Inglaterra en las manos, Michael Qwen, venderlo al Madrid, pudrirlo allí y dejarlo ir al United.  Es una cadena de dolor que la historia gloriosa del Kop, desacostumbrada a esto en el pasado, no puede resistir más.
Antes de que me culpen de proponer sandeces, quisiera aclarar algo: Normalmente soy une scéptico de las leyendas, las cábalas y las maldiciones. Sin embargo, creo aquellas en las que se relacionan con el deporte. ¿Por qué? Porque, más que magia, es un estado de consciencia. Uno donde alguien se siente incompleto, indispuesto, para triunfar. Algo que, desde lo más profundo de la mente, te hace fallar. Lo llaman auto sabotaje algunos psicólogos. Así, entonces, yo creo en ese tipo de maldiciones, en un ambiente donde las pasiones llegan a ser decisivas.
¿Se hará justicia? No lo sé. Si se hace ¿volveremos a ganar la Premier? Tampoco. ¿Es necesaria la verdad para poder ser campeón? No lo sé.
Algún día, quizá en manos de algún ser supremo, se juzgará a los culpables. Se hará justicia. Y habrá gloria alrededor del campo de Anfield Road.

Monday, April 30, 2012

En México nada (aka el Servicio Postal) funciona

No se alarmen, no es una exhibición de malinchismo ramplón. Amo a mi país, aunque, siendo honestos, es un amor de esos bipolares y disfuncionales, como el de un largo matrimonio sin sexo del cual uno no se divorcia (me han contado, me han contado)  porque no hay manera de separarse. Pues bien, así es mi relación con mi patria.
Yo le proveo a mi nación con lo que me corresponde: trabajo honradamente, pago mis impuestos, no me dedico al delito, acudo a votar por el Doctor Mono cuando toca hacerlo y, claro, no doy mordida sí, wey, ajá... oye, es en serio... ¿te cae?... sí, te lo juro por esta... pos si por esta me lo juras, debe ser bien cierto....
Les decía, aún con mi contribución al desarrollo nacional, el desarrollo nacional no me beneficia a mí por que mi papá no es político ni empresario. Alguna vez escuché, de boca de un grupo de rock finés (Nightwish), que cuando venían a México normalmente "nada funciona". En esa gira, se les fue el audio, tuvieron broncas de logistica con los instrumentos y, para acabarla de joder, un cabrón tiró a Tarja del escenario.

Por tanto, la patria (o, más bien, sus habitantes) me han falaldo en ciertos momentos claves últimamente, sobre todo El Inservicio Postal Mexicano,
Hace tres semanas, su servilleta, coleccionista de jerseys deportivos (es en serio, tengo un chingo y merecen un post, pero será cuando la complete), adquirió dos especímenes importantísimos: uno de Daisuke Matsuzaka y otro de... DAN MARINO... el hombre por el cual amo el futbol americano.

¡Magazo!
Obvio, ambos pedidos fueron hechos a vendedores gabachos, por lo que pedí el servicio prioritario de entrega por el United States Postal Service, con número de rastreo y todo.
Y sí, a los tres días ya estaban en la central de procesamiento pero... hasta ahí llegó el rastreo. Pasó una semana, pasaron dos, nada... tanto lso vendedores y yo llegamos a sospechar que pudo ser una bronca de aduanas, pero no, los productos ya están en el país.
¿Cuál es el problema? Que aquí,  como somos bien patriotas, Estados Unidos no nos va a imponer sus condiciones de servicio (de 6 días hábiles de entrega EN TOTAL).No, vamos a entregarlo cuando se nos pegue la rechingada gana, (de 15 a 25 días hábiles DESPUÉS DE QUE EL PAQUETE LLEGUE A MÉXICO). Por que, según me explicó la señorita, los envíos fueron enviados como CORREO REGISTRADO y no PAQUETERÍA REGISTRADA, por lo que se manejan como cualquier carta normal.
Esa conclusión me da pánico, porque el Servicio Postal Mexicano ya me ha ROBADO en envíos internacionales:
-Hace unos 6 años, un par de cartas que envié a Chile y Brasil para unas amistades JAMÁS LLEGARON. Sepomex NUNCA me dio una explicación de lo que ocurrió, alegando que "suele pasar". Considero esto un robo, pero del dinero que pagué por el envío.
-Hace no mucho, pedí informes en la University of Liverpool, pues quiero ir allá a estudiar un posgrado y nunca caminar solo. Me enviaron, por correspondencia, un folleto de agradecimiento por mi interés, un libro con los planes de estudios y un CD con información general. El paquete, ese sí, llegó a mi casa, pero vilmente ABIERTO, pegado con diurex y sin el CD. Pregunté sobre reclamaciones, y en la oficina postal me dijeron que, a menos de que existieran pruebas del robo, no me podrían hacer válida una reclamación. Claro, no hay testigos, y siempre se puede decir que yo abrí el sobre y escondí el CD.
Ingenuamente, pensé que por pagar el servicio más caro tendría mejor suerte. Además, me resulta curioso que, cuando vuelvo a confiar en el Servicio Postal (normalmente, incluso en envíos locales, pido entregas por vía privada cuando compro en línea) me vuelvo a llevar un desaguisado.
Por tanto, aunque sé que podré demandar o aprovechar el seguro de Ebay para recuperar mi dinero, eso no quita la VERGÜENZA de que uno deba temer que sus propios conciudadanos pudieran robarle, además de que son artículos, como ya lo expliqué, con amplísimo valor emocional.
No es por nada, pero es por este tipo de cosas que, varios compradores experimentados en Ebay, obligan a los compradores mexicanos utilizar DHL o FedEx, aunque este último deje de ser una garantía.

Un par de manos que perdió la agricultura, o un usuario futuro del seguro de desempleo, da lo mismo...
Ya están enterados los compradores del problema para que lo tomen en cuenta en futuro, no porque quiera joder a los trabajadores del Servicio Postal pero, vamos: si no se puede garantizar la SEGURIDAD de tus pertenencias, ¿con qué cara se te puede exigir ser buena onda?