Thursday, April 14, 2016

Érase una vez

¿Cómo construir un mundo?
Eso es lo que me pregunté una vez al levantarme de mi cama y mirar el techo. Era una visión tan vacía, con el muro descarapelado frente a mis ojos, que creí que cabía ahí un universo completo.
Pero, ¿cómo construir un universo?
Tengo tantos relatos en la cabeza que, de pronto, los acomodé cada uno en un sitio. Todos tienen que ver entre sí. Se conocen y saludan. Se conectan. Y, entonces, son tantos mundos que puedes viajar entre ellos tan sólo de un brinco. Un universo compacto. Que cabe en medio de lo que hay entre el muro y la azotea.
Mi propio universo.
Entonces me di cuenta de algo: el mundo estaba vacío. Las historias tienen un orden y un enlace. Tienen principio y final. Tienen pies y cabeza. Pero no tienen ser.
¿Qué es un relato sin nadie que lo escuche? ¿Sin una imaginación que inspirar?
Entonces llegaste tú, cielo.
Mis historias tuvieron un sentido. Porque hubo alguien que las escuchara.
Alguna vez, para inspirarte valor, te conté acerca de un caballero que mataba dragones con una espada de plata.
Plagié a Andrzej Sapkowski, aunque el tipo podría cobrar regalías con mis ilusiones recientes. Pero esa historia te hizo feliz. Esa historia te hizo cantar.
Aún te escucho de vez en cuando. En los momentos en que tu voz me saca una sonrisa.
Y entonces, no sé cómo, construí un nuevo mundo.
Un mundo en el que estabas tú. Un mundo que habríamos de conquistar. Juntos o por nuestro lado. Pero que sería nuestro. Pieza por pieza, empezando por Irlanda.
Conquistamos tanto, ¿recuerdas? Amaste tu carrera, amé mi profesión. Me llenó esa lucha diaria por hacerte sentir orgullosa, mientras en el camino te construiste.
I'm here. I'm still here. I will always be here. I'm your robot. I gave everything. I have only my head.
I'm happy,
Fuimos una tripulación pirata. El Dílseacht. Navegamos aguas duras. Salimos a flote.
Caminamos aventuras hermosas. Aprendimos juntos a blandir la espada. Eres mi Ciri, mi compañera de viaje.
Construí un universo contigo, en el que hemos pasado tantas cosas. En el que construimos un futuro. Juntos, como hermanos. Algunas veces como algo más. Era mi mundo. Un mundo que me hacía feliz.
Un día dejó de hacer efecto mi medicamento. Un día dejó de funcionar mi reacción. Un día las sombras me ataron las manos. Y estallé.
Yo mismo golpeé mi mundo con las manos. Me hice pedazos los puños hasta que derribé los cimientos. Con ellos cayó mi universo.
Mi futuro se hizo añicos. Mis historias se desvanecieron.
Un viejo yo se encargó de acabar conmigo. Y de lastimarte.
A cambio me diste la oportunidad de ser. De crear un presente continuo.
Y lo único que hice fue dejar que las sombras me cubran.
Tengo ahora una pregunta...
¿Cómo construir un mundo?
¿Cómo crear un universo?
Uno que mi yo no destruya.
Uno que pueda mantenerse en pie.
Uno donde las ilusiones persistan.
Un mundo que podamos conquistar.
Navengando con nuestro barco pirata.
Caminando y aprendiendo, combatiendo lado a lado.
No quiero un beso tuyo. Cristina es un fantasma como siempre.
Sólo quiero a mi hermana de vuelta y al mundo que me dio esperanza.
Quiero que me ayudes a tomar los pedazos y ponerlos en su lugar. Acomodarlos con cariño.
Y paso a paso, poco a poco, reconstruirlo.
Lo que nos hizo felices.
Lo que nos dio fuerza.
Lo que nos dio valor.
¿Cómo construir un mundo?
A partir de las tres palabras mágicas, quizá.
Érase una vez...