La economía mundial ha sufrido las consecuencias de la ambición humana, las cuales se han visto evidente en los últimos cuatro lustros (sí, ya sé que es más facil decir dos décadas o veinte años...pero me gusta hacerlos contar). Desde el efecto Tequila o Dragón (ya saben, el vacío de capitales por parte del gobierno salinista y el crack de la sobreproducción tecnológica oriental), el Tango ("son todos narcos...y el presidente...ese tipo que mantiene tranquila a nuestra gente...lleva plata del lavado") y el Madoff (un sólo hombre llevó al traste a tanto millonario ansioso de más dinero...). Sin embargo, a niveles más bajos, existe un síndrome que golpea economías familiares y hace de la afición al manganime un vicio tan poco costeable como comprar heroína...el SPO (Síndrome de precio otaku).
La explicación es muy simple...en Japón, el anime y manga es considerado un mero y simple entretenimiento digno de la población ordinaria. Por ende, en Japón un número de alguna revista de historietas (como Shonen Jump) vale tanto como un periódico, siendo incluso un producto desechable. Los tankoubons (o tomos de un manga específico, aunque por una anécdota partícular creo que el término que usé es utilizado sólo fuera de Japón) son baratos e incluso se regalan muchas cosas, dado que se gana del patrocinio publicitario durante el programa y no tanto del merchandising.
Todo cambia cuando dichas baratijas alcanzan el mercado americano de fans del anime y el manga. O sea, a los otakus. La inflación de precios dejaría en vergüenza a las de los alimentos basicos en una nación latinoamericana en bancarrota. Un llavero de Naruto regalado en el Comiket, en una convención como La Mole o la TNT podría alcanzar los 50 dólares. (500 pesos, si manejo precios en dólares es que la mitad de mis lectores habituales (2 en total) radican en el extranjero). Una figura de acción que se vende en 10 dólares en Akihabara es vendida en 80 y un juego de video de 30, alcanza precios obscenos.
Podría justificarse que esta elevación de precios se debe a la poca demanda y los elevados aranceles, sin embargo, cuando amigos de uno van a japón y traen semejante tipo de 'recuerditos', sin ninguna queja de los aranceles, cambia la perspectiva. Es mero abuso por hacer dinero a costa de los freaks niponmaniacos que abundan por allí. Aunque también, si en Oriente una sandía custa 100 dólares, como no va a costar eso una revistucha de cuarta aquí.
Esto viene a colación, porque me encontré un caso de SPO, pero desde Chile:
http://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-25773973-_JM
Sien algún punto deja de funcionar el link de mercado libre, da click aqui y aqui...
Verga! Un Bodoque a 120 dólares! Uno normal, simple, de 60 cms. No sé en cuanto estén en Chile, pero no creo que esto se deba a una alta tarifa arancelaria. Sólo una reverenda pasada de verga.
Y conozco a uno que otro, u otra que pagaría semejante precio por uno de los muñecos...si hay quien lo paga por una bandita de Naruto...
¿Se vale tanta inflación? ¿Les ha tocado pagar un precio alto por un artículo de este tipo? ¿Les pareció justo?
Sólo puedo decir que pagué 20 dólares por un Aioros de Sagitario edición Myth Cloth, 7 por un gashapon de Solid Snake y 4 por un tankoubon de Sayonara Zetsubou Sensei en japonés. Me pareció justo viendo que en el primer caso llegan a pedir 60 dólares, que el segundo llegan a pedir 30 y el tercero me cobraron lo que les costó comprarlo en el país de origen. Y los tres adornan alegremente mi escritorio.
En cuanto a lo de 31 minutos, honestamente, se me hacen más bonitos los títeres que una señora chilena trae a las convenciones, fabricados igualitos a los de la serie (fieltro y botones poco elaborados) y vende a sólo 15 dólares.
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