"¿Qué tal tu día en Racoon City?"
No niego que trabajo rodeado de locos. Me encanta. Sobre todo semejantes bromas frikis.
Cubrebocas de utilidad dudosa. Recomendaciones. Gente que, en efecto, está muriendo. El Metro sin luz. Los rumores de "A mi hermano le dio y se murio bien rapido". Miedo.
Lo acepto. Tuve miedo. Tengo miedo. Tendré miedo. A que cancelaran Metallica (vamos, esas oportunidades no se repiten con colas de Ticketmaster y menos dinero que hace un mes). A que alguien que ame sea contagiado. A que dure más de lo debido y pase de una precaución sanitaria a una pandemia global (ya hay gente en el globo contagiada, pero no es lo mismo 2 mil a 1 millón).
Quiero creer que es curable. Quiero creer que en una semana se puedan retomar actividades más o menos normales. Por primera vez quiero creerle al Estado, a quien culo, como muchos, de no anunciar esto a tiempo para no arruinar la visita de Barack Obama.
Estos putos líderes latinoamericanos. Cuando viene el capataz gringo, hay que mostrarnos intactos. Insulso.
A veces quisiera curar todo a la manera Zombie. Con un tiro a la cabeza e incinerar los cadáveres. Todo sería perfecto si no existieran los niños. ¿Quién le daría un disparo a un chavito de cinco años?
Sí, soy un insensible. No sólo por los niños enfermos. Tampoco puedo sentir un sismo de 7 grados richter. Pero, vamos, soy más sensitivo que todos aquellos que lucran con esto. Desde el gobierno hasta la iniciativa privada.
Al menos mi internet está de vuelta. Todos estos días sin clases me estresan. Sé que nos van a dejar caer el hacha para evitar trabajar una semana más de lo debido, por más que obliguen a ello.
Por lo menos, hay tiempo para ver una tarde sangrienta. Un cielo rojo hermoso. ¿Señal de algo? No lo sé. Que anuncie el fin. Pero del vendaval.
Monday, April 27, 2009
Wednesday, April 1, 2009
....Oh please God (don't) wake me!
No sé cómo iniciar este texto. Podría situarlos en el momento en que me enteré que ocurriría (hace casi dos meses), en el momento en que lo confirmaron (hace semana y media), o en el momento en que adquirí mis boletos (hace dos días). Podría comenzar situando la historia hace ocho años cuando escuché Enter Sandman por primera vez, o hace cinco cuando deseabamos irnos a San Diego para ser testigo de la historia.
Podría empezar contando las veces que he dicho que Pantera será uno de los invitados especiales. Sabiendo que eso es imposible, por más que rememore el incidente de las sillas (emblemático en la historia de los conciertos en México, justo cuando abrió para la misma banda). Empezar quejándome de que Avenged Sevenfold estará presente, arriesgándose a sufrir la misma suerte de Atreyu con Maiden. O rogando por un mejor representante nacional del que sería Resorte.
Podría decir que ya no son lo mismo que hace dieciséis años. Sin embargo, tampoco ver a Pink Floyd o Led Zeppelin en estos tiempo sería igual que en sus años de gloria. Sin embargo...estas ante...PINK FLOYD y LED ZEPPELIN. Podría contar cuantas veces hice air guitar con los solos. Cuan lastimado está mi cuello de tanto headbanging en su honor.
Podría hablar de que hace unas horas pasé frente a un Mixup y miré a quienes sufrian el luto de resignarse a no verlos o pagar reventa. Me sentí mal.... recordando, en específico, cuando Roger Waters vino a recetarse el Dark Side of the Moon. Y cuando me enteré, ya no había boletos. O Slayer.
Podría preguntarme si los viejos hermanos que me mostraron esta leyenda podrán asistir. A uno, a quien el subempleo tenga en su gloria, lo recuerdo encendiendo desmanes estudiantiles de escuela privada con One. Al otro, que tal vez se lo trago la tierra, lo recuerdo tocando Unforgiven con una guitarra acústica. A nadie de ellos he visto en casi dos años.
Iré a ver a Metallica. Ya no hay boletos. Es un must. No me había dado cuenta de que tan importante era esto para mí....hasta que miré atrás y encontré tantas cosas...
Metal Up your ass, baby!!
Ruego por encontrarme, en el calor del slam, a mis compañeros caídos. Ojalá.
Podría empezar contando las veces que he dicho que Pantera será uno de los invitados especiales. Sabiendo que eso es imposible, por más que rememore el incidente de las sillas (emblemático en la historia de los conciertos en México, justo cuando abrió para la misma banda). Empezar quejándome de que Avenged Sevenfold estará presente, arriesgándose a sufrir la misma suerte de Atreyu con Maiden. O rogando por un mejor representante nacional del que sería Resorte.
Podría decir que ya no son lo mismo que hace dieciséis años. Sin embargo, tampoco ver a Pink Floyd o Led Zeppelin en estos tiempo sería igual que en sus años de gloria. Sin embargo...estas ante...PINK FLOYD y LED ZEPPELIN. Podría contar cuantas veces hice air guitar con los solos. Cuan lastimado está mi cuello de tanto headbanging en su honor.
Podría hablar de que hace unas horas pasé frente a un Mixup y miré a quienes sufrian el luto de resignarse a no verlos o pagar reventa. Me sentí mal.... recordando, en específico, cuando Roger Waters vino a recetarse el Dark Side of the Moon. Y cuando me enteré, ya no había boletos. O Slayer.
Podría preguntarme si los viejos hermanos que me mostraron esta leyenda podrán asistir. A uno, a quien el subempleo tenga en su gloria, lo recuerdo encendiendo desmanes estudiantiles de escuela privada con One. Al otro, que tal vez se lo trago la tierra, lo recuerdo tocando Unforgiven con una guitarra acústica. A nadie de ellos he visto en casi dos años.
Iré a ver a Metallica. Ya no hay boletos. Es un must. No me había dado cuenta de que tan importante era esto para mí....hasta que miré atrás y encontré tantas cosas...
Metal Up your ass, baby!!
Ruego por encontrarme, en el calor del slam, a mis compañeros caídos. Ojalá.
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